El Cliente
En el caso de este proyecto, el cliente es una mujer contemporánea, llena de contrastes fuertes; con un mundo interno repleto de matices fabulosas.
Es así, que nos encomendó una casa que pudiera albergar reuniones de varias personas, pero a su vez acompañarla en sus momentos individuales.
Nos pidió un espacio vibrante y estimulante, que contemplara, a su vez, una atmósfera apaciguada donde poder relajarse al final de su agitado día.
Carbono Atelier
El desafío fue generar un proyecto que hallara su riqueza en las transiciones graduales, y no en los fuertes contrastes.
Un espacio de sutiles estímulos que acompañaran de un uso al otro. Trabajando especialmente el tacto, la vista y el olfato, logramos desdibujar los límites entre distintos usos y espacios.
Textura
El contraste de textura en las paredes marca, según su altura, el tipo de uso.
Por momentos, el ladrillo solo alcanza alturas bajas, menores a los 40cm: las ganas son de reposar y sentarse. Por momentos, el basamento rústico alcanza los 70cm, acompañando la altura diaria del comer y del trabajo.
Para enfatizar el cambio de textura, decidimos trabajar el conjunto en un solo tono: el blanco. Que no desviara la atención, sino por el contrario, resaltara la rugosidad de cada superficie.
Color
El uso del color se reservó para los distintos textiles que visten el espacio. Terciopelo, lino y liencillo.
El cambio de color en los textiles, induce distintas sensaciones.
Los tonos verdes en los paños verticales, llevan a una relación con el paisaje exterior, cubierto por una variedad de tonos y especies vegetales.
Las superficies horizontales buscan, opuestamente, tonos que uno solo encuentra dentro de la casa; Tonos rosados y anaranjados, que aportan la calidez asociada con el reposo.
Cada tela implicó un proceso conjunto con el cliente. La búsqueda de los tonos se lograron tiñendo a mano, con distintas técnicas, para hallar los deseados.
Transparencia
Se trabajó con el sentido de la vista, con el objetivo de ampliar un espacio reducido con tamices visuales.
Decidimos usar telas a manera de biombos translúcidos, que permitieran configurar el espacio de diversas maneras: cuando los biombos están abiertos son velos; cerrados, actúan de tapices.
Olfato
Utilizamos materiales de fuerte personalidad aromática para estimular el olfato.
Maderas locales como el Petiribí y el Paraíso en manijas, teclas, lámparas, revestimientos y mobiliario. También hicimos uso de cueros, gamuzas y lanas argentinas.
Sonido
En el área de comedor, decidimos generar un sector estimulante. Una gran lámpara filipina hecha de caracoles que suenan con el movimiento de los comensales o el soplar del viento, cuando se abren las ventanas.
En el sector de estar, en contraposición, se utilizaron materiales absorbentes, como el corcho en las paredes.
El Resultado
Finalmente, obtuvimos un espacio que genera lo más importante para nosotros: que el cliente se pueda desenvolver diariamente de diferentes maneras, pero siempre de una manera placentera.